Partirle la M... al Medio Ambiente
Alcaldes a contracorriente de JDO


Por Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Los alcaldes de Veracruz y Boca del Río, Carolina Gudiño y Salvador Manzur, parece que no entendieron la importancia de respetar a la naturaleza y ahora entre sus programas de obras tienen trabajos encaminados, precisamente, a dañar más el entorno ambiental de la zona conurbada, o simplemente dejan que otros realicen el perjuicio.

Que los terrenales se vuelvan a inundar, que las vidas corran peligro, parece ser algo que está por debajo del interés de hacer dinero, que no mejoras a la ciudad; total -han de plantearse- que para eso el Gobernador Javier Duarte de Ochoa propuso la creación del Fondo Nacional de Reconstrucción (FONAREC), para pagar los daños de la mala planeación urbana.

El Gobernador Javier Duarte cuando presentó la propuesta del FONAREC ante la XLI Reunión Plenaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), lo hizo con la visión de reparar los daños que causen los desastres naturales en el menor tiempo posible, porque hasta ahora el trámite para obtener y operar recursos para resarcir lo daños pos los incidentes, es largo y penoso.

En tan arduo el camino que Manuel Barclay Galindo director general del Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda) no ha podido construir o reparar una sola casa de las 25 mil que se proyectaron como necesarias después de la devastación que generaron los temporales del 2010.

En la comunidad de El Gallito, se entregaron alrededor de 100 viviendas, pero esto lo realizó la Fundación Unidos por Karl.

He ahí una de las razones por las que se necesita que el Fonarec funcione rápido y bien.

Pero aún así, con ese recuerdo fresco, en el ayuntamiento de Veracruz quieren derribar árboles y en el del Boca del Río voltean la cara para no ver la destrucción de los manglares.

Manolo Victorio, conductor de Nuestras Noticias, se dolió de como algún vecino de la zona en la que vive derribó un árbol, sólo para no barrer las hojas.

En Veracruz, la alcaldesa Carolina Gudiño, quiere ampliar la avenida Díaz Mirón a cuatro carriles y la única forma de lograrlo es derribar todos (o por lo menos el 90 pro ciento) de los árboles que se encuentran en este paseo.

Pero aún más malo es que la Canaco de la ciudad de Veracruz se pronuncie a favor del proyecto, con la pura y egoísta visión de sacar a los vendedores que se instalaron sobre el camellón de la avenida Díaz Mirón.

La alcaldesa cada vez que habla del proyecto de la avenida Díaz Mirón se refiere en términos de “dignificar” a esa vialidad.

¿Qué significa darle dignidad a una calle?, ¿deforestarla?.

Y esto, el dejar pelón Díaz Mirón, sin un árbol, les urge iniciarlo, tanto que Antonio Coutiño Aguirre, Director de Ecología del ayuntamiento de Veracruz, quiere justificar ante los medios de información la tala de 40 árboles, afirmando que están dañados, bien por la edad o por que así quedaron con el paso del huracán Karl.

El funcionario municipal ¿tiene ya los permisos de la Semarnat para que se talen esos árboles?.

Beatriz Zavaleta, conductora del Noticiero de la U, cuando dio pie a la nota, soltó “dicen que tienen que derribar esos 40 árboles; dicen”.

La presidenta municipal dice –sólo dice, porque no se le nota que esa sea su intención- querer mejorar la vialidad de Díaz Mirón, porque si eso fuera, promovería el reordenamiento del paso de los autobuses urbanos o reclamaría agentes de tránsito vigilando que los urbanos ocupen un sólo carril.

La intención real de Carolina Gudiño es crear un corredor para que circule el tren ligero o metrobus, pero –paradójicamente- si hace esto, no hay necesidad de ampliar Díaz Mirón, porque además ese sistema de transporte bien puede circular por calles alternas, como González Pagés o Miguel Alemán, e incluso La Fragua.

Lo peor es que el cabildo de Veracruz, en su totalidad, nada ha hecho para detener el ecocidio que promueve la Gudiño.

Si realmente quiere quedar bien Carolina Gudiño con la historia de Veracruz y hasta con los comerciantes, que limpie Díaz Mirón, que lo reforeste y que lo remoce; y esto también requiere de grandes inversiones.

Entonces, la única opción real que queda es que atrás de esta intención hay un fuerte negocio que busca promover.

En Boca del Río, en cambio, el negocio está en dejar hacer y esto incluye la destrucción de los manglares.

El constructor Luis Barquín, que como fabrica de dinero le pegó en grande con sus fraccionamientos en Puente Moreno, quiere hacerle a la ecología de la zona más daño del que ya le ha hecho y está talando y rellenando zonas de manglares, con la mayor impunidad, sin siquiera molestarse en pedir un cambio de uso de suelo.

El regidor de Medio Ambiente del municipio de Boca del Río, Gaspar Monteagudo Hernández, emanado del PAN, incluso hace como que se pone muy inquebrantable, diciendo que no se le darán los permisos al constructor para el cambio de uso de suelo y se ampara en las palabras del alcalde, Salvador Manzur, que declaró en ese sentido.

Pero ninguno de los dos ha realizado acción alguna que lleve a detener el daño a los manglares; ¿dónde están el acta de cabildo que pide que se detengan los trabajos?, ¿dónde el expediente remitido a la Profepa, Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría Estatal del Medio Ambiente y Semarnat pidiendo la intervención a nombre del ayuntamiento para detener el daño?.

Y en caso de que existan, hay que reclamar a las autoridades que no han actuado.
Los humedales y los manglares necesitan más que declaraciones.

También falta ver la acción emprendida contra la termoeléctrica de Dos Bocas, por el agua caliente que suelta a los manglares e incluso la acción contra el Sistema de Agua y Saneamiento por las más de 40 colonias que siguen vertiendo sus aguas negras por todos lados.

Los terrenales requerimos más de acciones que realmente protejan el ambiente en el que vivimos todos.

Y los alcaldes deben ser más congruentes con la política que está llevando el Gobernador Javier Duarte, aunque esto les implique afectar sus intereses inmediatos.

A menos que ya no se vean futuro más allá de la Presidencia Municipal.





AGUA QUE FLUYE


INGRESO U.V. Las jornadas de aplicación de los exámenes de ingreso a la Universidad Veracruzana transcurrieron en la tranquilidad que debe ser lo normal; el proceso de registro de los aspirantes mediante el portal de la Universidad Veracruzana permitió que se distribuyera a los jóvenes en los días y lugares necesarios para que presentarán el examen.

Son más de 37 mil jóvenes los que presentarán el examen del Ceneval en competencia por uno de los 15 mil lugares que oferta la Universidad Veracruzana en 171 programas impartidos los cinco campus que tiene la institución en el estado.

Que todo siga igual, por el bien de nuestra Universidad.