Flavino, cuota para el alemanismo
Juegos del fidelato, encono MA Yunes
Se sienten los herederos del poder
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos
y Terrenales
Con Flavino Ríos Alvarado, el alemanismo regresa a las cúpulas del
poder en Veracruz, para la construcción de un proyecto transexenal que no se ha
olvidado, que tan sólo se adecua a los tiempos.
La idea, la intención, es empujar a alguno de los hijos del
fidelato para que sean finalmente los que ocupen la candidatura del PRI al
gobierno del estado para el periodo de dos años y que preparen el terreno para
que uno de los hijos de Fidel Herrera o de Miguel Alemán sean quienes lleguen
al gobierno del estado en el 2018, o sea Javier Herrera Borunda y/o a Miguel
Alemán Magnani.
Se sienten los herederos del poder, quieren ser los grandes
místicos del estado, como lo fueron sus antecesores.
Esta red que se teje con la intención de dejar fuera de la
sucesión gubernamental a los Yunes contempló primero el que fuese Alejandro
Montano Guzmán el Secretario de Gobierno, pero aún siguen sopesando que pueda ser
candidato al gobierno del estado por alguna de las fuerzas del fidelato.
La segunda opción que se midió fue la de Amadeo Flores Espinoza,
pero se le descartó porque desde la Secretaría de Gobierno podría hacer crecer
su organización política Vía Veracruzana y tomar fuerza suficiente para
reclamar posiciones al por mayor el próximo año, en las diputaciones locales, y
en el 2017, en las presidencias municipales.
De hecho a Felipe Amadeo también se le vincula cercano al
alemanismo, tanto que Alejandro Montano, el ahora representante de esa
corriente en el estado, es miembro de Vía Veracruzana.
Flavino Ríos Alvarado fue secretario de gobierno con Miguel Alemán
y su instrucción era allanar el camino para que Alejandro Montano o el neurocirujano
Mauro Loyo Varela, ambos funcionarios de ese sexenio, fuesen el candidato del
PRI al gobierno del estado.
En ese entonces Fidel Herrera les ganó la partida desde el centro del
país, apuntalado por quien era el presidente del PRI nacional, Roberto Madrazo
Pintado, quien al impulsarlo buscaba que lo apoyase después para ser candidato
a la Presidencia de la República.
Y quien después sería gobernador de Veracruz fue el que desenterró
el acta de nacimiento que muestra a Flavino Ríos como nativo de Mogoñe,
municipio de San Juan Guichicovi, Oaxaca.
Fidel Herrera cuando ya fue gobernador presionó a Flavino Ríos
para que devolviese el dinero de unos contratos jurídicos que le asignaron. El
conflicto terminó en nada de restitución, pero Flavino quedó fuera del gobierno
de la fidelidad.
El entonces gobernador no le perdonó que le hubiese puesto el pie
para llegar al poder.
Pero si hoy tiene que jugar para que la estrategia sucesoria favorable
a los juniors, tampoco tiene inconveniente, porque lo hace desde la protección
de la corriente alemanista.
De hecho, y de forma casual, unos días antes de la designación, el
27 de junio de este 2015, Flavino Ríos se descartó como aspirante a la candidatura
del PRI para el gobierno del estado en el 2015.
Si se hubiera apuntado ya serían tres políticos con vínculos con
el alemanismo que hubieran alzado la mano, el mencionado Alejandro Montano, y
Tomás Ruiz, quien por esa fecha dijo que el si quiere (o quería).
Casualmente, también, o quizás no, el 14 de mayo presidió la
ceremonia luctuosa en honor de Miguel Alemán Valdés.
Coincidencia o precisión de posiciones, ahí dijo que el
expresidente de la república fue <<un
hombre cabal que siempre será recordado por las generaciones como un mexicano
excepcional, “a quien respetamos y admiramos y cuyo legado es muy importante
para la sociedad”>>.
Pero además ya no tiene resentimientos hacia el fidelato, aún
cuando tanto Fidel Herrera como Javier Duarte le impidieron ser candidato a
presidente municipal de Minatitlán (su tierra adoptiva o nativa -como sea- pero
a la que en verdad quiere), porque durante el gobierno de Javier Duarte fue
diputado local, primero, y después le dieron la Secretaría de Educación, aunque
careciese de experiencia en la materia.
A esto se le debe de sumar que durante el gobierno de Fidel
Herrera lo exoneraron de cualquier acusación o señalamiento, y en el 2010 su
hija Dulce María Ríos Guerrero, recibió la notaria número 26 en Xalapa.
Las heridas estaban cerradas.
Como elemento adicional está el que también tiene encono hacia
Miguel Ángel Yunes, quien en abril de 2004, ya en plena contienda por la
candidatura al gobierno del estado de Veracruz para ese año, lo acusó de
haberse beneficiado de contratos de obra pública en 2002-2003 a través del
Despacho de Arquitectura y Construcción SA de CV, inscritó en el padrón de
contratistas de la Sefiplan durante el gobierno de Miguel Alemán con el número
18574, siendo su representante Flavino Río Guerrero, su hijo, quien falleció en
un accidente automovilístico.
Flavino Ríos tal vez no quiera ser gobernador de Veracruz (ya no),
pero su corazón sigue latiendo por la presidencia municipal de Minatitlán y si
el juego sucesorio a favor del fidelato, en el que definitivamente está
inscrito, fructífica, podrá decir quienes serán candidatos a diputados locales
por los distritos del sur de Veracruz el próximo año, y en el 2017, cuando ya
esté el nuevo gobernador del fidelato, pedir la candidatura a la presidencia
municipal de Minatitlán.
Flavino Ríos, es un político que tiene experiencia, conocimientos
y habilidades para desempeñar el cargo. Sin duda.
Pero si juega mal, no será ya nunca ni diputado federal ni
presidente de Minatitlán, los dos puestos por los que sigue añorando.
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