1’252,251 veracruzanos en zonas inundables
La temporada de lluvias nos alcanzó

Por Marco Antonio Aguirre Rodríguez

La temporada de lluvias comenzó; el agua que viene del cielo ya nos alcanzó y en consecuencia tenemos inundaciones nuevamente.

La última es la ocurrida en Poza Rica, donde el río Cazones se desbordó y extendió su manto acuático a diversas colonias. El alcalde Alfredo Gandara se metió a los brazos del río y anduvo por esas calles de Dios con el agua a la cintura.
El asunto es que después de la gigantesca tragedia sufrida el año anterior, supuestamente para este año ya debería haber remedio en varios de los sitios inundables del estado.

Y es que es mucho, pero en verdad mucho el territorio veracruzano susceptible de inundaciones. El Plan Veracruzano de Desarrollo 2010-2016 apunta:

“La superficie inundable en el Estado es de 6,275 km2 (kilómetros cuadrados), 8 por ciento del territorio estatal; las afectaciones alcanzan 2,189 localidades en 118 municipios, en las que habitan 1,252,251 personas; uno de cada seis veracruzanos se ve afectado por riesgos hidrometeorológicos”.

Son muchos terrenales los susceptibles de sufrir por inundaciones.

Lo peor es que los llamados atlas de riesgos para los municipios veracruzanos no existen, y los que hay son discordantes con las normas planteadas por la federación, pero en cambio, ante el anuncio de apoyos por parte de la Sedesol para que se realicen, existen señalamientos de que hay presiones hacia los alcaldes para que contraten empresas específicas para su ejecución.

¿Qué es lo que ha propiciado este panorama?

“La deforestación de cerros y montañas ha aumentado el arrastre de sedimentos, lo que ocasiona fuertes avenidas e inundaciones por la disminución de la capacidad hidráulica de los cauces de los ríos, mismos que también se ven afectados por la construcción de infraestructura”, anota el mismo documento.

Entre las acciones para realizar trabajos dirigidos a evitar las inundaciones se encuentra la reunión que el 02 de junio de este año el Secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmeron, sostuvo con el gerente regional de la Región Golfo Centro de la Comisión Nacional del Agua, Víctor Manuel Esparza Pérez, y el director técnico del mismo organismo, Ismael Morales, a quienes les presentó la propuesta del Gobernador Javier Duarte de crear el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas Regional, como una instancia de toma de decisiones y alertamiento oportuno, para actuar en lo inmediato y evitar lo más posible los efectos nocivos de las inundaciones.

Nada ocurrió con esa propuesta, al menos que se sepa.

El daño sufrido en la entidad por la deforestación es alto, muy alto, tanto que el diputado federal José Yunes Zorrilla, menciona que hay más de 10 mil hectáreas taladas en el Cofre de Perote.

La posibilidad de recuperar esa superficie boscosa es lejana, porque a pesar de los grandes esfuerzos, lo que se planta  es mínimo; el domingo 17 de junio durante la Jornada Nacional de Reforestación Social, El secretario de Medio Ambiente, Víctor Alvarado Martínez, refirió que en 11 predios de la entidad se iban a sembrar 126 mil árboles en 130 hectáreas; apenas un poco más del 1 por ciento de la superficie dañada.

A ese ritmo se necesitarían 100 acciones más para mitigar el daño causado hasta ahora, en el Cofre de Perote.

Sin embargo el funcionario refirió que la intención es plantar 35 mil hectáreas en Veracruz, este año.

La erosión ha provocado el azolvamiento de los cuerpos de agua y esto impidió que en el 2010 las presas Cerro de Oro (o Miguel de la Madrid, como es su nombre oficial) y la Temascal, pudiesen retener las grandes cantidades de agua que se precipitaron en la zona y que inundaron mucho más allá de los márgenes del río Papaloapan.

La "baja capacidad de regulación" de ambas presas se reconoció en el oficio BOO.00.R10.07.04.-831, del Organismo de Cuenca Golfo Centro, de la misma Conagua, dirigido al entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, y firmado por el Director General del mismo, Víctor M. Esparza Pérez.
Igualmente azolvados están los cauces de los ríos Valle Nacional, Obispo, Tesechoacán y San Juan, los cuales alimentan también al Papaloapan.

Supuestamente ya se realizan trabajos en la Conagua para la apertura de una nueva bocana del río Papaloapan, que permita un mayor desfogue de este río en caso necesario y con ello evitar inundaciones. Pero si estos trabajos se realizan, no concluirán este año, por lo menos.

En las mismas condiciones se encuentra el río Coatzacoalcos, lo que propició que el antiguo Puerto México se inundará en el 2010, al igual que ocurrió con Minatitlán, donde la inundación duró mucho tiempo.

La expectativa de que hubiera avances en los trabajos para evitar inundaciones en estas zonas, iniciando –claro- por Poza Rica, se merman cuando se anota que después de las inundaciones de 1999, en la zona de Gutiérrez Zamora y la sierra de Papantla (donde este año ya hubo daños por las lluvias) se habló de poner una alarma para avisar de las crecidas de los ríos, la cual nunca se colocó.

Cuando la lluvia amenaza en forma torrencial, lo único que se hace es alertar a las zonas donde se presume que va a llegar la tempestad, y esperar a ver como corre el agua, porque no se le puede controlar.

Conagua tiene pendiente también el construir el bordo de protección en Poza Rica y la rectificación del cauce del Río Cazones; el bordo de protección del río Pánuco; la rehabilitación del muro de contención a lo largo del río Coatzacoalcos, en Minatitlán, todos como parte de 2 mil 200 millones de pesos autorizados por el Fonden para la reconstrucción de infraestructura hidráulica y el desazolve de diversos cauces en la entidad.

De igual forma están pendientes la reconstrucción y desazolve de cauces de los ríos Jamapa (donde una crecida arrastró una gran cantidad de troncos de árboles derribados desde la anterior inundación, los cuales fueron a estrellarse contra los arrecifes de coral frente a Veracruz), Cotaxtla y La Antigua y Cazones.

Hay muchas otras obras pendientes de realizar, y que los terrenales de algún punto de Veracruz esperan con ansia que se realicen, para que la pesadilla acuática no se repita.





AGUA QUE FLUYE


Con esto de la moda de romper records para buscar que se inscriba en el libro Guinnes, se anunció que serán quinientos los lecheritos que esperan se consuman al mismo tiempo en la macroplaza del Malecón de Veracruz, el próximo 31 de julio, según anuncio del propietario del Café de la Parroquia, Marcelino Fernández Rivero.

El café “lechero” ya es representativo de Veracruz ciudad e incluso parte del estado, tanto que a Marcelino Fernández le preocupa difundir que el turista que llega a Veracruz y no se toma su “lechero” en La Parroquia, es como si no hubiera llegado a Veracruz.

Pero la gran pregunta a todo esto es ¿dónde se apunta uno para formar parte de tan selecto grupo?.

Porque yo, es probable que los 500 lecheros me los tome en menos de un año.